miércoles, 27 de marzo de 2013

Chávez no es una leyenda, es un líder histórico, es una acción, es un estado mental

Por:

Carmen Cecilia Lara  

Desde el 05 de marzo para acá, un diluvio de pueblo demostró quién manda en Venezuela. A través de su movilización, de sus palabras y de su llanto quiso decir claramente que Chávez sigue vivo y que manda y mandará a través del Plan de la Patria, de la Constitución y del mismo pueblo organizado, a través de Maduro, nuestro próximo Presidente electo. Jamás desde el Libertador para acá ningún pueblo de la tierra había tenido tan claro cuál es su destino histórico, su misión, lo había dejado tan claramente expresado. Por eso el pueblo venezolano es invencible. Palabras más, palabras menos, se las dije a una periodista venezolana radicada en Australia que vino a su patria para producir un documental sobre la partida del Presidente y su funeral, quien me entrevistara para tal fin.

En estos momentos, luego de más de tres semanas de haberse ido físicamente nuestro Presidente y Comandante Eterno, hemos estado asimilando como quien degusta un café amargo, descubre una bóveda oculta o es sorprendido por un amanecer llanero, quién fue para cada uno de nosotros y quién fue para todos ese hombre que nos sedujo a hombres y mujeres, a ancianos y niños, que nos desarmó con su espontaneidad, su sinceridad y su compromiso. Fue profundamente conmovedor y aleccionador haber participado en todo los actos de acompañamiento que hicimos a la despedida de un Para Siempre al mejor hijo de Bolívar. Dejamos nuestras huellas millones de venezolanos en los cementos de la capital, del interior y de otras latitudes, participando en colas, procesiones, marchas, caminatas, concentraciones, misas, canciones y rezos para rendir homenaje a aquel que para poder hablar de él parafraseando a Martí, hay que tener ya no un puñado de pueblo libres e insurrectos en la mano, sino docenas.

Esta experiencia que ha calado en lo más hondo del venezolano y de una gran parte de nuestros hermanos latinoamericanos, se intensificó cuando tuvimos el honor de participar en el X Encuentro de Intelectuales, Artistas y Luchadores Sociales en defensa de la Humanidad y junto con ellos, de visitar el Cuartel de la Montaña en el 23 de enero, con una luna redonda, como le gustaba llamarla nuestro Chávez, saliendo inmensa, luminosa, como en reposo, cuando apenas se escondía el sol. Allí estaba Nevado, la mascota de Venezuela, de la nación venezolana, de su pueblo, quien recorrió con nosotros los 12 kilómetros hasta ese lugar, donde quedarían por ahora los restos físicos de nuestro II Libertador. Pudimos ver esa hermosa flor de los cuatro elementos sirviendo de base al féretro, las habitaciones contiguas con fotos enormes, que estremecen, la capilla con su Cristo Redentor, la Virgen de la Rosa Mística, las palmas del Domingo de Ramos y el cambio de Guardia.

Una hilera de banderas latinoamericanas nos recibió y nos despidieron como para agradecernos la gesta del Paso de Los Andes, nuestras heroicas batallas de hoy y de siempre en nuestro territorio y fuera de nuestras fronteras, siempre para liberar jamás para conquistar. Para decirnos, aquí seguimos, esperando por ustedes, gracias por habernos dado a Chávez, nuestro Chávez, el arañero de Sabaneta, el líder histórico, quién despertó a números infinitos, quién nos invitó a la acción correcta y cambió nuestro estado mental. ¡Gloria al Bravo Chávez! ¡Gloria al Bravo Pueblo de Venezuela!

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