“Hugo Chávez ha cambiado la forma de pensar de los latinoamericanos,
porque prácticamente estábamos entregados a EEUU, de toda la vida, y él
nos metió en la cabeza que podíamos caminar solos. Y por eso es tan
querido y respetado y para mí es una pérdida enorme, para todos los que
lo conocíamos y queremos”.
Así se manifestó el astro argentino y futbolista de trayectoria mundial Diego Armando Maradona,
desde el Cuartel de la Montaña 4F, donde este viernes acompañó al
Presidente Maduro y al pueblo de la República Bolivariana de Venezuela
en el Cañonazo de Salva en Honor a la memoria del Comandante Eterno,
como se ha hecho todos los días, a las 4:25 pm, hora exacta de su
fallecimiento aquel 5 de marzo.
“Seguimos en la lucha…”, continuó Maradona.
“Físicamente no está, pero con Nicolás Maduro vamos a seguir en la
misma línea, de no dejarnos pisotear por nadie. Y por sobre todas las
cosas la gente, en las urnas, este domingo, tiene que reafirmar los
conceptos de Chávez a través de Nicolás, y decirles que esto continúa.
Es un honor poder seguir el camino que nos trazó Chávez”.
El mundialmente famoso Pelusa, informó que vino al país para
darle sus condolencias a la familia del Comandante, y disculparse por
no haber podido asistir a sus Funerales de Estado. Previamente, visitó
el sarcófago que guarda los restos inmortales de Chávez, donde se
conmovió profundamente, según refirió, posteriomente, el Presidente
Maduro.
“Hugo para mí fue un amigo, hablamos un montón de temas. Él era
beisbolista y yo futbolista, pero para mí, lo que me dejó Hugo fue una
gran amistad y sabiduría política increíble”, manifestó a VTV, tras la emotiva ceremonia que compartió con el Gobierno Bolivariano y el pueblo congregado en la Colina.
A esta actividad, llegó también la hija de Chávez, Rosainés, y la
madre, Marisabel, quienes recibieron el abrazo y los besos del astro
argentino, conversando brevemente junto al Presidente Maduro.
Sobre sus recuerdos con el Comandante Chávez, Maradona relató la
anécdota vivida cuando Latinoamérica venció a EEUU en su intento por
imponer un Área de Libre Comercio para las Américas (ALCA). “Cuando
fuimos a parar el ALCA, en Mar del Plata, con el ALBA. Él habló en la
cancha de Mar de Plata y comenzó a llover, nos pidió que dijéramos unas
palabras tres veces para que cesara la lluvia, hicimos lo que nos dijo y
a los 10 minutos salió el sol”.
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